Si ejerces de manera independiente estás expuesto a causar daños y perjuicios a terceros sin intención. Ya sea por errores u omisiones, o por tener un equipo o maquinaria defectuoso que dañe a alguien. Cualquier profesión puede incurrir en daños a terceros, pero no solo eso, tu responsabilidad como profesionista abarca también la garantía de un lugar de trabajo seguro y saludable para los empleados y clientes.