Cuando se piensa en navegar en el mar, pueden surgir ideas como bellos atardeceres, festejos a bordo de un catamarán turístico, esquí acuático y hasta pescar desde un yate. Pero pocas veces se pensará en un choque entre naves: en las fantasías sobre un paseo idílico no hay tránsito alrededor de la playa o percances viales.
Pero existen. Tuvimos una prueba de ello a mediados de agosto de 2023, cuando se reportó que en Puerto Progreso, Yucatán, una embarcación privada chocó contra la lancha de un pescador, lesionando al capitán de esta última nave, dado que la que colisionó era más grande.
Los reportes que aparecieron en medios locales señalaron que el capitán del yate estaba deslumbrado por tener el sol de frente, así que lo cegó y no vio a la lancha que estaba detenida, a la espera de que emergiera un buzo.
Lamentablemente, los accidentes marítimos ocurren de manera cotidiana. En el mismo Puerto Progreso, apenas un mes antes del accidente antes comentado, ocurrió otro siniestro: un yate de recreo se incendió en pleno paseo –aparentemente, por sobrecalentamiento del cuarto de máquinas–. Por fortuna, la tripulación salvó su vida al saltar de la embarcación, que por cierto, fue pérdida total.
Se trata solamente de dos muestras de algunos de los siniestros que surgen en el espacio marino. Tan es así, que la Autoridad Marítima Nacional encuentra una oportunidad en capacitar a más personas en la realización de investigaciones de accidentes y siniestros –en México se aplica el Código de Normas Internacionales y Prácticas Recomendadas para la Investigación de los Aspectos de Seguridad de Siniestros y Sucesos Marítimos– para garantizar que el dictamen administrativo y los informes de seguridad marítima se emitan de acuerdo con disposiciones nacionales e internacionales.
De ahí que La Unidad de Capitanías de Puerto y Asuntos Marítimos (Unicapam), de la Secretaría de Marina (Semar), informó el comienzo del “Diplomado de Formación de Investigadores de Accidentes y Siniestros Marítimos” en modalidad mixta, impartido por el Centro de Estudios Superiores Navales.
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Ahora bien, dada la probabilidad de sufrir percances en yates de lujo –o en cualquier otro navío– es importante contar con una póliza que asegure la embarcación, así como a sus tripulantes. Y esto aplica tanto a particulares que cuenten con esos bienes, como para empresas que se dediquen a la renta de los mismos, paseos turísticos y otros servicios que impliquen el uso de barcos.
Por eso GMX Seguros tiene una solución en protección en esta actividad marítima. Se trata de una póliza integral que cubre el casco de las embarcaciones y también incluye la Responsabilidad Civil por daños causados a terceros en sus bienes o personas, ante los distintos riesgos durante la navegación.
De tal manera que, en el accidente entre un yate y una lancha de pescadores que antes citamos, en el caso de tener una póliza de RC contratada, podrían afrontarse las afectaciones recibidas tanto por el capitán de la nave, como de la embarcación en sí.
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