Hay una tormenta del otro lado de la ventana: los rayos deslumbran en el cielo… ¿Qué tan cerca? Las viejas enseñanzas de la primaria nos dijeron que después de la luz que emiten, se cuente: “Un Mississippi, dos Mississippi, tres Mississippi…” hasta que escuches el sonido del trueno. Cada vez que llegues a cinco “Mississippis”, habrá una milla –1.6 kilómetros– entre el lugar en el que estás y el sitio donde cayó el relámpago.
Truenos, rayos y centellas nos acompañan, desde la infancia, poblando algunas pesadillas y muchas películas de terror. Probablemente están guardados en lo más profundo de nuestro subconsciente, asociados con conceptos de supervivencia de cuando la humanidad vivía a la intemperie.
Pero hoy, entre ciudades de concreto y cristal, estamos a salvo, ¿Cierto? No necesariamente. Por ejemplo, datos del Servicio Meteorológico estadounidense señalan que, cada año, el icónico edificio EmpireState, en Manhattan, recibe alrededor de 100 impactos de rayos.
¿Pero no que un rayo no cae en el mismo lugar dos veces? ¡Falso! sí puede ocurrir. De hecho, este fenómeno crece en probabilidad si la construcción es alta y puntiaguda… como el EmpireState y cualquier otro rascacielos con esas características. Por eso es que todos cuentan con pararrayos, que son construcciones diseñadas para conducir esas inevitables descargas eléctricas hacia la tierra, para que no provoquen ningún tipo de daño.
Derrumbar los mitos que rodean a los rayos (que son las descargas que van del cielo al suelo) y a los relámpagos (que van de una nube a otra) es importante para procurar seguridad en tu casa y en tu negocio. Por ejemplo:
1. ¿Árboles protectores?
Mito: Los árboles protegen de los rayos durante una tormenta eléctrica.
Realidad: ¡Falso!
Como ya comentamos, esas descargas eléctricas buscan objetos altos y con puntas, para transmitirse al suelo. Es decir, los árboles fungen como una especie de pararrayos, así que no te resguardes ahí durante la tempestad. Entre más aislado esté el árbol y más a campo abierto, mayor puede ser la probabilidad de que reciba esta descarga.
2. ¿Debo entrar en posición pecho-tierra?
Mito: Si te sorprende una tormenta eléctrica a la intemperie, acuéstate en el piso para que no te caiga un rayo.
Realidad: ¡Falso!
Estar acostado sobre el piso aumenta las posibilidades de recibir las descargas de los impactos eléctricos, ya que como hemos visto, esos choques se propagan por el suelo. Siempre que empiece un fenómeno de este tipo, lo que debes hacer es buscar un refugio.
3. El miedo a los metales
Mito: Los objetos de metal (incluso la joyería o la hebilla del cinturón) atraen los rayos.
Realidad: ¡Falso!
Si bien es cierto que los metales de las vías del tren o de las barras de las carreteras pueden ser conductores de la electricidad, influye más encontrarse en construcciones altas y puntiagudas en toparse con la caída de un rayo. Objetos como aretes o hebillas no son una atracción por sí mismos, aunque, por ejemplo, correr en descampado con un paraguas abierto en la mano sí podría funcionar como un atractor de estas descargas.
El Servicio Meteorológico Nacional da constante información sobre tormentas eléctricas, no dudes en monitorear la información para evitar que te tomen por sorpresa o a la intemperie.
De acuerdo con esa misma entidad, la población más vulnerable durante una tormenta eléctrica son los menores de edad, ya que pueden correr y caerse, perderse o, incluso, recibir un choque eléctrico al estar efectuando algunas actividades al aire libre. Revisa en este enlace las sugerencias de la dependencia para efectuar durante un fenómeno de este tipo.
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