Los ojos de los felinos tienen la reputación de belleza, en todo el mundo. Su forma y colores suelen sorprender a quienes los ven y, además, el hecho de que puedan ver en la oscuridad los hacen todavía más atractivos. No obstante, también están entre sus puntos vulnerables.
De acuerdo con los veterinarios, el cuidado general de los ojos de los gatos domésticos suele ser sencillo, siempre y cuando el responsable del animal esté consciente de que son órganos delicados y que debe hacer una observación continua, para detectar si comienzan con algún tipo de padecimiento.
Como es natural, el riesgo de infecciones –como la conjuntivitis– es mayor si el gato sale de casa y si convive con más felinos. Unos ojos enrojecidos y lagrimeantes son las características típicas de esta afección y debe diagnosticarse a tiempo, para evitar complicaciones.
Por supuesto, el virus de inmunodeficiencia felina también puede dañar los ojos y, por ende, la vista de estos animales. Un mal común, en este sentido, es el glaucoma, que también puede ser causado por traumatismos recibidos, por ejemplo, durante una pelea. Frecuentemente los gatos geriátricos lo presentan.
Es posible prevenirlo o, en todo caso, tratarlo a tiempo para evitar que avance. El veterinario de cabecera podrá detectarlo en sus visitas de rutina. De igual forma, los gatos pueden desarrollar cataratas: si esto ocurre, la mayoría de los especialistas recomendará una operación ocular para eliminarlas.
En general, ¿Cuáles son los síntomas de afecciones en los ojos de los gatos?
Ojos irritados, es decir, que el área que rodea a la pupila (la esclerótica) se ve sonrosada o enrojecida.
Ojos hinchados.
Lagañas constantes, pegajosas, de diversas tonalidades.
El gato se talla frecuentemente los ojos.
Se muestra estresado o se esconde más de lo habitual.
Ante cualquiera de estas señales, lo más conveniente será que lleves al gato al veterinario, pues probablemente requiera algún antibiótico y otros tratamientos, que deben quedar en manos del especialista. En estos casos, como en cualquier circunstancia con seres vivos, es importante que evites los diagnósticos y tratamientos empíricos o caseros, ya que podrían derivar en un mal mayor para el felino. Es importante contar con la guía de un veterinario.
Ahora bien, lo mejor es practicar la prevención. En este caso, se pueden procurar algunos cuidados simples a los gatos. Uno es retirar las lagañas normales, delicadamente, con un paño húmedo. Desparasitarlo y cepillarlo con frecuencia también es una manera de evitar que se infesten de parásitos o que el pelo les lastime los ojos o acumulen polvo que pueden afectarles.
Contar con todas las vacunas felinas también será un elemento que ayude a su salud en general y otra forma de ahuyentar enfermedades que puedan derivar en trastornos oculares (entre otros padecimientos).
En el hogar, cuida que los espacios donde circula el gato estén libres de objetos punzocortantes o puntiagudos, para evitar que se hiera al pasar. Un ambiente higiénico ayudará a la prevención de males oculares y otras enfermedades.
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Este conjunto de acciones te ayudará a cuidar la integridad de tu gato: prepárate para escuchar saludables ronroneos.