Las razas de perros se han generado a partir de la manipulación genética de la especie. Es decir, van cruzándose ejemplares para obtener otros seres con determinadas características: más altos, con orejas más largas, con patas muy cortas, pelambre rizado… el resultado de esto deriva lo mismo en diminutos poodle “tacita de té”, o en un gran danés arlequín que bien podría ser un pony.
Esta cruza genética puede derivar, también, en padecimientos comunes a esa raza. Y esto es algo que debes saber antes de traer a un nuevo animal de compañía a tu vida.
1. Mastín napolitano. Es un perro gigante con pelo como de terciopelo. Y al igual que ocurre con otros ejemplares de gran tamaño, tiene predisposición a padecer desplazamientos de cadera. Además, sus ojos son sumamente delicados, ya que suele presentarse, con la edad, inflamaciones y deformidades permanentes.
Su primo el mastín inglés también comparte las afecciones derivadas de su gran tamaño, además de una tendencia a sufrir males respiratorios y cataratas.
2. Bull terrier inglés. Se trata de una de las razas con más manipulación genética, de ahí que combinan la fuerza de su cuerpo con un delicado equilibrio de salud. Son susceptibles de sufrir acrodermatitis letal -un padecimiento que se manifiesta como manchas en la piel y se cree que proviene de una falta de asimilación de zinc-. Puede afectarles tanto que deban ser sacrificados antes de llegar a la etapa adulta.
También puede padecer de males en las válvulas del corazón, sarna, enfermedades oculares y problemas de comportamiento.
3. Bulldog inglés. Es una de las razas más populares y simpáticas, pero precisamente sus características físicas le conllevan algunos riesgos, principalmente respiratorios, ya que sus fosas nasales son muy pequeñas para su masa corporal, así como la conformación de su paladar, lo cual puede derivar en insuficiencias respiratorias. Por esto no debe ser un perro que haga demasiado ejercicio o que tenga gran sobrepeso.
4. Pug. Son unas estrellas mediáticas pero estos perritos de grandes ojos tienen como zona vulnerable, precisamente, los ojos, con riesgo de infecciones y deformaciones. Un accidente o pelea para ellos puede dañar profundamente esa zona.
5. Beagle. Si bien la epilepsia no es un padecimiento que solo pueda atribuirse a esta raza, es un mal que tiene mayor prevalencia entre estos ejemplares. Se trata de un trastorno cerebral que puede causar crisis as en los perros que la padecen. Su manifestación llega en los primeros años de vida y puede controlarse con un tratamiento veterinario permanente.
Son grandes amigos y compañía. Su alimentación y cuidado médico están en manos de la familia que los cobija, así que es conveniente conocer qué tipo de enfermedades podrían presentarse a lo largo de su vida para darles cuidados de salud preventiva.