Violencia ginecobstétrica: un derivado de las negligencias médicas

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Saber que una mujer que está dando a luz puede estar atravesando, paralelamente, una situación de violencia puede ser difícil de creer. Sin embargo, es una situación que se presenta en ocasiones: alrededor de 450 mil mujeres lo viven así, cada año, en México, de acuerdo con un estimado de Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021), del INEGI. Y se le llama violencia ginecobstétrica. 

¿Qué implica ese término? instituciones globales relacionadas con la salud y la población, coinciden en señalar que la constituyen formas de maltrato hacia las mujeres al momento de recibir atención médica durante la gestación, alumbramiento y postparto. 

Datos de la ENDIREH (2016) detalla, por ejemplo, que entre las mujeres que reportaron haber vivido violencia ginecobstétrica, 11.2% dijo que sufrió gritos y regaños durante el parto; 10.3% señaló que el personal de salud: “Se tardó mucho en atenderla porque decían que gritaba o se quejaba mucho”. Otras indicaron haber sido ignoradas al preguntar sobre el parto o su bebé, o que fueron obligadas a permanecer en posiciones incómodas. 

Información del Gobierno de México señala que La violencia obstétrica se genera con el maltrato que sufre la mujer embarazada al ser juzgada, atemorizada, humillada o lastimada física y psicológicamente. Especifica que se presenta en los lugares que prestan servicios médicos y se da en todas las esferas de la sociedad. 

 

Podemos vincular esta noción con otro término: negligencia médica. Luis Alberto Oregel Reyes, suscriptor senior de RC Profesional y líneas financieras en GMX Seguros, explicó: “Definimos una negligencia profesional como aquella falta de cuidado que tiene el profesionista dentro de su actividad”. 

  

 

De ahí que errores o procedimientos médicos incorrectos pueden calificarse como negligencias, asociadas con violencia ginecobstétrica. Ya sea una consecuencia o como una acción motivada por una actitud discriminatoria. Ambos son temas, además, que atañen directamente al personal de salud. 

 

Esta forma de abuso se vincula con la violencia contra la mujer.  Y en su definición se establece en actos como los siguientes: 

- Practicar el parto por cesárea, existiendo las condiciones para realizar un parto natural, sin el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.

- Obligar a parir acostada y/o inmovilizada 

- No atender oportuna y eficazmente las emergencias obstétricas. 

 

La fundación Gire lo define así: “Consiste en cualquier acción u omisión por parte del personal del Sistema Nacional de Salud. que cause un daño físico o psicológico durante el embarazo, parto y puerperio. Cualquier acción u omisión que se exprese en la falta de acceso a servicios de salud reproductiva, un trato cruel, inhumano o degradante, o un abuso de medicalización”.  

 

Por eso la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la UNAM, al igual que otras escuelas de medicina y enfermería del país, cada vez instruyen más a los profesionales de la salud a proceder con ética y sin prácticas discriminatorias.  

Esta es una forma de protección de los derechos humanos que es creciente en todo el mundo. En América Latina se maneja activamente por países como Chile, Colombia, Argentina y México, donde se ha avanzado en la propuesta de leyes para prevenir la violencia obstétrica, así como sanciones si llega a presentarse. 

 

Al personal de salud le podría resultar útil revisar el documento “Violencia ginecobstétrica”, elaborado por GIRE. Se puede consultar aquí. 

 

 

Por otro lado, todo el personal de salud puede –y debe– protegerse frente a esta y otras formas relacionadas con las negligencias médicas. GMX Seguros posee una de las pólizas más completas en materia de Responsabilidad Civil (RC) para Profesionales de la Salud, para todos los especialistas de este campo.